Viene del post anterior....*****

......Y el Nazi baja la escalera, subiéndose el cierre de la chaqueta y acomodándose la ropa, sale rapidísimo de la casa y no lo vimos más.
Los gritos seguían en la pieza: ándate conchetumadre, ándate maricón culiao como hacis esta wea en la pieza de mi hermano chico???!! que se vista o le tiro todas la weas pa la calle!!!!...
A los minutos La Loca bajó la escala con la cabeza gacha y los pies descalzos, sin mirar a nadie. Todos se reían y murmuraban. Yo me moría de vergüenza, llevo al amigo del amigo y el tipo fornica con otro en la pieza del hermanito... y tan macho que era, tan Nazi, tan recio y fornido con sus músculos y tatuajes swásticos, nadie lo podía creer.
Hace poco supe como habían ocurrido las cosas: mientras yo andaba perdida por ahí, La Loca dijo cosas bonitas al oído del Nazi y ahí mismo en el living se lo empezó a chupar, nadie vio cuando subieron a la pieza, nadie oyó los quejidos de La Loca al ser penetrada por el musculoso, ni sus ojitos blancos al entrar en ese redondo culo masculino. El Nazi culpa a las drogas de aquel desliz, habla de rehabilitación y vergüenza, yo no sé, no lo conozco y no me importa.

Con todo el alboroto y el escándalo, Román subió a ver quien estaba en la pieza y el Jefe se quedó conmigo, de a poco nos fuimos tomando las manos y le calenté la sopa, lo reconozco, le di alitas, seguí su juego y lo mismo hizo Román conmigo cuando se acabó la conmoción de los gays y nos volvimos locos bailando 'Like a virgin'. A la hora del sueño nos tiramos los 3 en el sofá y yo al medio de mis machos, tan ligera de cascos como solo se puede estar a las 6 de la mañana después de drogarse toda la noche, pero en el momento de sentir sus manos en mis piernas me entro el urgimiento, por un momento pensé dejarlos a los dos, que sus manos me recorrieran hasta encontrarse el algún lugar, pero solo lo pensé, igual no estaba taaan loca, así que la mano del Jefe fue retirada y el Román se quedo jugando silenciosamente en mi cuerpo, yo hice lo mío hasta que me dormí bien acurrucada en él.
Ya en la mañana nos cambiamos a una cama y por fin estuvimos solos, lo sentí de pronto llegar a mi espalda, de pronto sus manos y su boca, sus dientes y su pene, sus dedos y su lengua, mejor no entrar en detalles, solo puedo decir que era un tocador vaginístico profesional, que nos portamos como salvajes sadomasoquistas, que las marcas en cuello me duraron 5 días y el dolor un poco más, pero que no fornicamos porque los condones estaban en el living y como dice una amiga, sin gorrito no hay fiesta.